Real Madrid, un experto a puerta cerrada

Que sería del fútbol sin los aficionados, sin las gradas llenas de seguidores animando sin parar durante los 90 minutos para llevar en volandas a su equipo hacia la victoria. Para algunos puede ser una situación inimaginable encontrar un estadio desierto en el que tan solo se escuchen los gritos de los jugadores, las órdenes del entrenador y el golpeo del esférico, pero lo cierto es que el Real Madrid ya tiene cierta experiencia con este hecho triste y anecdótico.

Maradona visitó un Bernabéu desértico

Han pasado casi 30 años desde que el estadio Santiago Bernabéu viviese una situación de lo más atípica. El Nápoles de Diego Armando Maradona visitaba el feudo madridista, una gran oportunidad para los aficionados de ver al mejor jugador del mundo en aquella época, pero ese sueño quedó truncado en la anterior edición de la Copa de Europa. Las semifinales frente al Bayern Múnich estuvieron marcadas por dos hechos: el pisotón de Juanito a Matthaus y el lanzamiento de objetos a Pfaff, guardameta del club alemán.

La UEFA no tuvo miramientos con el club merengue y el castigo fue severo: un partido a puerta cerrada y otro a más de 300 kilómetros de la capital. Así, el desangelado Bernabéu dio paso a un partido en el que los gritos de Beenhakker y Camacho desde el banquillo y la narración de José María García fueron los sonidos que más se escucharon desde el terreno de juego en un partido que el Real Madrid ganó por 2-0 con aquella marca al hombre majestuosa de Chendo a Maradona.

Soledad en el Olímpico de Roma

La siguiente experiencia en la Champions del Real Madrid a puerta cerrada tuvo lugar en 2004. El Olímpico de Roma, uno de los grandes estadios de Europa, recibió a los Galácticos con sus graderíos vacíos tras la sanción impuesta por el impacto de un objeto sobre el árbitro en el anterior partido de los italianos frente al Dinamo de Kiev.

Los locales, liderados por el eterno Francesco Totti, no supieron adaptarse a la ausencia de ánimos desde las gradas y sucumbieron ante un equipo blanco que dominó con autoridad y se impuso con un gol de Ronaldo y dos de Luis Figo en otra experiencia de esas que favorecen la escucha de los sonidos que nunca se pueden escuchar debido al tumulto de las aficiones.

El Legia sorprendió al Madrid

Ayer mismo tuvo lugar la (por ahora) última experiencia del Real Madrid con las gradas huérfanas. Los aficionados radicales del Legia de Varsovia provocaron un buen número de incidentes en la visita del Borussia Dortmund al Estadio del Ejército Polaco, motivo pr el que la UEFA decidió sancionar al campeón de Polonia con un partido a puerta cerrada.

Sin el empuje de la ruidosa afición del Legia, el Real Madrid fue capaz de colocarse 0-2 en un partido que dominaban con autoridad a pesar de la extraña alineación propuesta por Zidane, pero el exceso de relajación, la ausencia de ayudas por parte de los cuatro jugadores de ataque y los errores en defensa propiciaron la remontada de los polacos, que estuvieron a punto de llevarse los tres puntos de no ser por el gol definitivo de Mateo Kovacic.