Real Madrid: sabor agridulce en el Villamarín

El Real Madrid de Zinedine Zidane sufrió su primer pinchazo en la visita del conjunto blanco al Benito Villamarín. Independientemente de las ocasiones falladas o los penaltis no señalados en ambas áreas, resultó llamativa la actitud de los jugadores merengues en busca de los tres puntos, una predisposición por sudar la camiseta que, hasta ahora, no habíamos visto en lo que llevamos de temporada. Si los primeros partidos con el técnico francés fueron plácidos, el de ayer fue mucho más complicado, en gran parte debido a la pájara con la que salió el Madrid en los primeros minutos que les costó encajar el golazo de Cejudo.

Las ganas de trabajar han regresado al Real Madrid

Con un marcador adverso en los primeros diez minutos, los jugadores blancos se pusieron el mono de trabajo hasta que consiguieron hacerse con el mando del partido frente a un Betis muy voluntarioso y peleón. La presión verdiblanca por todo el terreno de juego hacía presagiar un bajón físico de los pupilos de Juan Merino, algo que se pudo ver al inicio de la segunda mitad con dos lesiones musculares que dejaban claro que el Betis no aguantaría ese ritmo todo el partido.

En ese momento, los béticos cambiaron de estrategia y confiaron en el autobús montado en su área con Rubén Castro como único hombre descolgado, y lo cierto es que la jugada bien les pudo salir cara de no ser por la estratosférica actuación de Antonio Adán. El meta evitó con acierto la goleada merengue, y es que los de Zidane no pararon de atacar una y otra vez, primero a base de juego ordenado y ya en los últimos minutos a base de corazón y garra, una actitud que, como decimos, parecía que no iba a regresar nunca al vestuario madridista.

Puede que el título liguero ya quede demasiado lejos, pero lo que es innegable es que el efecto Zidane ha llegado a Chamartín en todas sus vertientes. Salida con el balón jugado, Modric y Kroos como auténticos timones del equipo, Isco con plenos poderes en la mediapunta y un Karim Benzema que está firmando su mejor temporada de blanco. A eso debemos sumar que Bale también está apuntándose una campaña espectacular que ha sido cortada por su inoportuna lesión, y si hay un jugador del que se espera que regrese a su mejor versión es Cristiano Ronaldo. El luso no ha dudado en sudar la gota gorda para ayudar a sus compañeros, pero su efectividad de cara a gol se limita a partidos frente a equipos menores. De su recuperación dependerá que el Real Madrid recupere las opciones de levantar el campeonato liguero y de hacerse con su undécima Champions League, aunque la actitud del resto del equipo supone el regreso de ese equipo temible que todos esperaban cuando Rafa Benítez llegó a la Casa Blanca el pasado verano.