28 de marzo de 2016 - 13:35 - Alberto Plaza

Euro '68. Italia, una moneda y un desempate

Volvemos a la carga con las historias más sorprendentes y curiosas ocurridas en las Eurocopas. Si anteriormente repasamos la hazaña de Dinamarca en 1992 o el inolvidable penalti de Panenka en el 76, esta vez vamos a recordar la extravagante fase final acontecida en la Euro '68, que finalizó con Italia levantando el trofeo tras un sorteo con moneda y un partido de desempate. Venga, vamos a ponernos en situación.

Italia tuvo que disputar la fase de clasificación

El 60º aniversario de la Federación italiana de fútbol tuvo como premio la organización de la Eurocopa de 1968, una oportunidad de oro para que los transalpinos volvieran al primer plano futbolístico tras más de 30 años de sequía. Sandro Mazzola, Piero Pratti y Dino Zoff abanderaban un combinado en el que Gianni Rivera era su máxima estrella. El jugador del Milan venía en racha tras conseguir el Scudetto y la Recopa de Europa, y el seleccionador Ferruccio Valcareggi no dudó en contar con su calidad para dotar de la calidad necesaria a un equipo con una marcada vertiente defensiva.

A pesar de ser encargarse de la organización del campeonato, Italia tuvo que disputar la fase de clasificación, aunque su pase nunca llegó a peligrar tras superar con facilidad a Suiza, Rumanía y Chipre. Más complicadas se pusieron las cosas en cuartos. En esa ronda esperaba la correosa selección de Bulgaria, que dio la campanada al vencer por 3-2 en el estadio Vassil Levski National Stadium de Sofia. Por fortuna para los transalpinos, el estadio San Paolo fue un hervidero y llevó en volandas a los suyos para conseguir una laboriosa victoria por 2-1 que certificada el pase de Italia a la fase final, donde esperaban la URSS, Yugoslavia e Inlgaterra.

Italia Bulgaria

La moneda hace acto de presencia

El estadio napolitano de San Paolo volvió a recibir a la selección italiana, en esta ocasión para la disputa de las semifinales frente a la URSS, un combinado que partía como favorita teniendo en cuenta que su experiencia en este tipo de encuentros era superior tras haber disputado las dos anteriores finales del campeonato europeo.

El rigor defensivo de ambas selecciones desembocó en un 0-0 final que puso contra las cuerdas a la UEFA, ya que el finalista tuvo que decidirse a cara o cruz. De este modo, Giacinto Facchetti y Albert Schesternev, capitanes de Italia y URSS, se reunieron en el círculo central con el colegiado alemán Kurt Tschenscher para proceder al lanzamiento de la moneda, que cayó del lado italiano. Las sospechas de tongo tardaron poco en aparecer, y es que la sombra del Mundial de 1934 aún era demasiado larga, cuando en aquella ocasión el gobierno de Benito Mussolini dejó todo bien preparado para que Italia levantara la Copa del Mundo.

Final, nuevas tablas y partido de desempate

Con Italia clasificada para la gran final, todos esperaban como rival a Inglaterra. Bobby Charlton y Bobby Moore eran los jugadores más destacados de los actuales campeones del mundo, pero Yugoslavia dejó en la cuneta a los británicos para sorpresa de los asistentes al estadio Comunale de Florencia.

Así, los anfitriones debían enfrentarse a un combinado yugoslavo en el que destacaba el goleador Dragan Dzajic, encargado de abrir el marcador en la gran final disputada en el Olímpico de Roma. Italia parecía incapaz de sobrepasar la defensa balcánica, y tuvo que ser Domenghini quien colocara el 1-1 en los minutos finales del encuentro.

Ese nuevo empate volvía a dejar una situación tensa para decidir qué equipo se proclamaría campeón de Europa, por lo que se programó un partido de desempate dos días después en la misma sede. En esa ocasión Italia no falló y logró imponerse gracias a los goles de Riva y Anastasi, con lo que conseguía levantar su primera (y hasta ahora única) Eurocopa de Naciones.

Como curiosidades de esas finales, cabe destacar que en las gradas del Olímpico se encontraba el equipo de rodaje de la película de culto The Italian Job, protagonizada por Michael Caine, donde se rodó la escena en la que los personajes se disfrazaron de aficionados al balompié para después escapar tras protagonizar un robo. Además, el gol de Anastasi tuvo doble premio para el jugador del Varese, ya que minutos después de anotar el 2-0 fue contratado por la Juventus de Turín.

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