El Real Madrid vence y convence en el Clásico

El estadio Santiago Bernabéu fue testigo de uno de los Clásicos más desiguales de los últimos años. El Real Madrid barrió por completo a un Barcelona que, sin embargo, consiguió adelantarse con un gol de Neymar tras una jugada personal en la que dejó atrás a Carvajal y Pepe y superó con facilidad a Casillas con un disparo fuerte y raso pegado al palo izquierdo del marco blanco. Tras la pájara inicial, los de Ancelotti despertaron y a punto estuvieron de poner las tablas con una doble ocasión de Karim Benzema, que primero estrelló en el larguero un remate de cabeza y posteriormente mandó a las nubes el rechace que el mismo recogió cuando tenía libre de marca a James. 

Mucho pudo cambiar el signo del partido de no ser por una parada milagrosa de Iker Casillas a Messi a bocajarro, un tanto que habría supuesto el 0-2 y hubiera puesto las cosas muy difíciles para los merengues, que veían como el Barcelona comenzaba a mostrar su fútbol de posesión. El gol del empate llegó tras una mano muy clara de Gerard Piqué dentro del área azulgrana, un penalti que le costaba la cartulina amarilla al central catalán, uniéndose de esa forma a los también amonestados Messi y Neymar. Cristiano Ronaldo fue el encargado de poner el 1-1 en el marcador y, de paso, aumentar su cuenta goleadora y romper el récord de imbatibilidad de Claudio Bravo.

Cuando Isco se vistió de Bale

A pesar de que la primera mitad concluyó con empate técnico tanto en marcador como en oportunidades y fútbol mostrado, mucho cambiaron las tornas tras la reanudación. El Real Madrid saltó al verde con una intensidad que ahogó por completo a un Barça carente de ideas y empecinado en mantener su estilo, aunque fue en una jugada a balón parado cuando los blancos consiguieron dar la vuelta al marcador tras un testarazo de Pepe totalmente libre de marca.

En esos momentos, Isco y Benzema ya se habían erigido como las estrellas del partido gracias a su trabajo incansable y gran movilidad, y precisamente fue el de Benalmádena el que rompió el partido con una jugada en la que nunca dudó de las probabilidades de sacar petróleo en una situación que parecía controlada por Iniesta y Mascherano. El mediapinta madridista hizo un largo sprint que forzó el error del genial jugador manchego, y con todo a su favor, organizó una contra letal que pasó por los pies de Cristiano Ronaldo y James antes de que Benzema superara a Bravo con un disparo raso que tocó en el poste antes de introducirse en el marco blaugrana.

La victoria pudo ser aún mayor, pero el cuadro merengue no supo aprovechar las contras que el Barcelona facilitó en su intento a la desesperada de acortar distancias. Mucho habría cambiado el choque de haber conseguido Messi el segundo tanto del Barcelona, pero finalmente fue el Real Madrid quien se llevó el gato al agua con un juego en el que demostró saber desenvolverse tanto en posesión como en contrataque. Aun así, el Barcelona seguirá durmiendo líder gracias al estratosférico inicio de campaña que están firmando, por lo que sigue siendo el rival a batir, aunque con menos margen de error del que poseían antes de su visita al feudo madridista.