Atlético y Real Madrid, homenaje al fútbol en Milán

Hace pocos meses no se escuchaba otra cosa que no fuera el triplete. El mundo del balompié parecía rendido al Barcelona y a la temible MSN, un equipo que dominaba con autoridad en la Liga BBVA y que parecía tener media Champions levantada sin haber comenzado la fase eliminatoria. El fútbol de colonias de alta gama parecía insuperable, era imposible pensar en un bajón físico o mental de los culés, y lejos de adoptar una postura de humildad, los desprecios hacia Real Madrid y Atlético de Madrid se sucedieron semana tras semana. Cosas del fútbol, los dos equipos madrileños son los elegidos para luchar por la Champions League, tal y como ya ocurriera hace dos años.

Atlético de Madrid, olvidado y vapuleado por su estilo

Los años de dominio absoluto de Real Madrid y Barcelona en el fútbol español pasaron a mejor vida con la llegada de Diego Pablo Simeone al banquillo del Calderón. El Cholo cogió un equipo sin alma ni espíritu, muy alejado de los valores rojiblancos, y fue capaz en unos pocos meses de formar un equipo competitivo que remaba en la misma dirección que la afición colchonera. No en vano, su primer éxito llegó esa misma temporada con la victoria por 3-0 frente al Athletic de Bilbao en la Europa League.

El estilo que ha imprimido el Cholo en el Atlético puede que no sea el más vistoso, pero sí el que aprovecha al máximo las cualidades de sus jugadores. Lucha, brega e intensidad son las señas de identidad de una plantilla que, año tras año, va superando sus registros y ha pasado de ser un olvidado en Europa a ser uno de los clubes más temidos, y eso no es fruto de la casualidad.

Aun así, hay quienes se empeñan en menospreciar el trabajo realizado por Simeone, el Mono Burgos, el Profe Ortega y el resto del staff técnico rojiblanco. Rummenigge o Xavi han sido los últimos en censurar ese estilo tan peculiar como efectivo, basado en un poderío defensivo fuera de toda duda y en los destellos de calidad de Antoine Griezmann, Koke, Saúl o Fernando Torres. Parece que en la actualidad solo vale ganar practicando un fútbol bonito para los ojos, un librillo que en Barcelona tienen la impresión de haber inventado pero que, haciendo memoria, arrancó con un tal Luis Aragonés bajo la dirección de la Selección Española. Sí, Don Luis Aragonés, el mismo que pronunció aquello de ganar, ganar y volver a ganar. Gracias Sabio, contigo empezó todo.

Real Madrid, de la mofa a la victoria en el Camp Nou

La llegada de Rafa Benítez al banquillo del Real Madrid fue un fiasco total. El técnico madrileño, formado en la cantera merengue, parecía desconocer lo que significa el madridismo y la forma de llevar un vestuario repleto de estrellas, y su prepotencia y poca mano para manejar un plantel repleto de grandes jugadores provocó el rechazo de esos pesos pesados.

La falta de buen fútbol, de resultados, y lo que es peor, de personalidad, supusieron su destitución. El 0-4 frente al Barcelona y la eliminación en Copa mucho tuvieron mucho que ver, y las mofas del eterno rival se sucedían semana tras semana, mucho más cuando vieron que el elegido para levantar al equipo era un novato: Zinedine Zidane.

Una vez más, en Barcelona volvieron a olvidar el hecho de que Pep Guardiola, el técnico del sextete, también fue presentado como una apuesta de confianza por los valores culés a pesar de no tener experiencia con equipos de máximo nivel, un caso similar al del entrenador francés.

Ahora deben estar recordando aquellos tiempos, y es que Zizou ha sabido reanimar al Real Madrid desde el primer momento. Tras levantar anímicamente a sus jugadores, el técnico formado en el Castilla ha conseguido devolver a los blancos a la primera plana del fútbol europeo. La distancia en Liga se ha reducido a solo un punto y su nivel competitivo está fuera de toda duda, como ya se pudo comprobar tras el 1-2 en el feudo culé, y a pesar de la espuma que siguen echando por la boca en Can Barça, la clasificación para la final de la Champions es la recompensa al trabajo bien hecho, a la recuperación de valores como el sacrificio, el trabajo y la humildad que meses atrás habían desaparecido de Concha Espina.

La grandeza del fútbol

En definitiva, no todo es salir al césped (esté corto o largo) de chaqué esperando a que el rival se rinda a tus pies. Atlético de Madrid y Real Madrid saben que en este deporte solo vale ganar, cada uno con su estilo, y al final los trofeos son los que dictan el éxito. Jugar bonito puede dejar grandes tardes de fútbol, espectáculo para los aficionados, pero el recuerdo y la historia es para aquellos que levantan copas.

El Madrid de Di Stéfano, Puskas, Kopa, Gento y Rial. La selección italiana con su catenaccio. La samba de Brasil al ritmo de Pelé. El doblete del Atlético de Radomir Antic. Podríamos seguir mencionando equipos y diferentes formas de jugar al fútbol que tienen algo en común: la victoria, el éxito, la grandeza. Una grandeza que algunos se empeñan en perder a base de críticas infundadas, lloriqueos y falsas acusaciones. La Champions se queda en Madrid, el fútbol sale ganando.